Unos vecinos nuestros tenían un familiar muy aficionado, que organizaba fiestas camperas para clientes y amigos. La invitación a una de esas fiestas se convertiría en el inicio de mi carrera.

Nos invitaron con unos constructores,y también al matador de toros Bienvenido Lujan, y su hermano Salvador,con los que hice muy buena amista.
Tras la fiesta volví con ellos.a Madrid, y acabamos toreando en otro sitio
PLAZA DE TOROS DE LA FERIA DEL CAMPO
En esa época Bienvenido organizaba en la plaza de toros de la Feria del campo becerradas para aspirantes que venían de toda España.
y te encontrabas con personajes muy peculiares como El caza tigres,oDon Tancredo.Este último se ataba a un poste que llevaba con él a todas partes. una ocasión le echaron un novillo que no obedeció y se le llevó por delante dándole tal paliza,al no pudiéndose desatar. Desapareció ya no se le volvió a ver el pelo.
Otro personaje de lo más atípico era el llamado Herrerito de Paiporta, media no más de 1.60, muy delgado, con las piernas torcidas de la rodilla para fuera, la cabeza deforme, rubio y calvo, con los pelos muy largos que le quedaban atrás de la cabeza se parecía a ET en versión española. Le pusieron en varias becerradas y estaba más en el aire que de pie, se presentó en las oportunidades de Vistalegre vestido de torero, montado en un burro.
Otro personaje era El Caiman iba con su apoderado Lucentino, y tanto uno como otro eran de camisa de fuerza. El apoderado iba montado en “bici” con sombrero cordobés con la cinta al cuello para que no se le volara, y con los pantalones remangados y sujetos con pinzas de la ropa. Parecían dos personajes sacados de las más absurdas películas de Berlanga.
Años más tarde aquí se instalaría la primera escuela taurina de España pero por aquellos años se daban becerradas mientras la feria internacional, donde todas las empresas Españolas y extranjeras exponían sus productos, siendo niños nos recorríamos todos los están donde daban de gustaciones.
Pero también estaban los toreros llamados tremendistas como El Romano, que en los desplantes de rodillas se ponía de espaldas y besaba el hocico del novillo. Tobalo Vargas, que pegaba largas cambiadas con el capote de paseo, Jose Castilla que hacia el salto de la garrocha, o Platerito de Cadiz que ponía los pares de banderillas con la boca.
Estos últimos torearon mucho, y en varias ocasiones en plazas como Madrid, Sevilla, o Barcelona, llegando Tobalo Vargas a tomar la alternativa.
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